* Brillo: Los satélites son relativamente pequeños y no producen su propia luz. Solo son visibles porque reflejan la luz solar. La cantidad de luz reflejada depende de su tamaño, forma y material de superficie. La mayoría de los satélites son simplemente demasiado pequeños y demasiado oscuros para ser visto desde la Tierra.
* Distancia: 300 km pueden sonar cerca, pero todavía está increíblemente lejos. Piense en cuán pequeño se ve un automóvil a unos pocos kilómetros de distancia, ¡ahora imagínelo 300 veces más!
* Interferencia atmosférica: La atmósfera de la Tierra se dispersa y absorbe la luz, reduciendo aún más la visibilidad de los satélites.
Esto es lo que puede hacer para aumentar sus posibilidades de ver un satélite:
* Encuentra una ubicación oscura: La contaminación lumínica de las ciudades hace que sea muy difícil ver objetos débiles en el cielo. Dirígete a una zona rural con luz mínima.
* Use una aplicación de seguimiento satelital: Aplicaciones como "Star Walk 2" o "ISS Spotter" pueden ayudarlo a localizar satélites y predecir su trayectoria.
* saber cuándo mirar: El mejor momento para ver satélites es poco después del atardecer o antes del amanecer. En estos momentos, el sol está bajo en el cielo, iluminando los satélites mientras el suelo es relativamente oscuro.
* Busque objetos brillantes que se muevan por el cielo: Los satélites generalmente aparecen como puntos de luz brillantes y rápidos. A menudo se mueven en línea recta, a diferencia de los aviones que generalmente siguen caminos curvos.
Incluso con estos consejos, es importante recordar que ver un satélite a simple vista sigue siendo un desafío. ¡Es posible que deba ser paciente y persistente!
Nota importante: La Estación Espacial Internacional (ISS) es uno de los pocos satélites que son fácilmente visibles a simple vista. Es un objeto grande y reflectante que orbita a una altitud relativamente baja (alrededor de 400 km).