Sin embargo, Júpiter a menudo se describe como amarillo debido a su apariencia de la Tierra. Este tono amarillento es causado por la presencia de cristales de amoníaco en su atmósfera superior.
Es importante tener en cuenta que:
* Los planetas no tienen un color único definido. Reflejan diferentes longitudes de onda de luz dependiendo de su composición atmosférica y el ángulo en el que las vemos.
* El color de un planeta también puede cambiar ligeramente dependiendo de las condiciones de visualización. Por ejemplo, Júpiter puede parecer más rojizo o marrón dependiendo de la cantidad de cubierta de nubes presente.
Entonces, si bien Júpiter a menudo se asocia con el color amarillo, no se llama técnicamente el "planeta amarillo".