* Nuestros cerebros comparan los tamaños: Nuestros cerebros juzgan el tamaño de un objeto basado en su entorno. Cuando la luna está cerca del horizonte, está rodeada de objetos familiares como árboles y edificios, que nuestros cerebros usan como puntos de referencia. Esto hace que la luna parezca más grande en comparación.
* Distorsión atmosférica: La atmósfera de la Tierra dobla la luz, lo que hace que los objetos cerca del horizonte parezcan ligeramente más grandes y alargados. Este efecto es más pronunciado para objetos como la luna y el sol, que están más lejos.
* Percepción de profundidad: Nuestros cerebros están conectados para percibir objetos cercanos al horizonte como más lejos que los objetos altos en el cielo. Cuando vemos la luna cerca del horizonte, subconscientemente asumimos que está más lejos que cuando está en lo alto. Esta percepción de distancia puede hacer que parezca más grande.
Aquí hay un experimento simple para probar:
1. Sostenga el pulgar hacia afuera a la longitud del brazo y alinea con la luna en el horizonte.
2. Ahora levante el brazo y mueva el pulgar hasta que se alinee con la luna más alta en el cielo.
3. Notará que su pulgar parece ser del mismo tamaño, lo que indica que la luna en sí no ha cambiado de tamaño.
La ilusión de la luna es un ejemplo fascinante de cómo nuestros cerebros pueden ser engañados por nuestros sentidos.