Si bien la idea de un universo centrado en el sol fue propuesta por filósofos griegos antiguos como Aristarco de Samos, fue Nicolaus copernicus en el siglo XVI que revivió y desarrollaron este modelo, publicando su libro "De Revolutionibus Orbium Coelestium" (sobre las revoluciones de las esferas del cielo).
Su trabajo, junto con observaciones realizadas por astrónomos posteriores como Galileo Galilei y Johannes Kepler, finalmente condujo a la aceptación generalizada del modelo heliocéntrico.