1. Moción retrógrada de los planetas: Uno de los problemas más importantes fue explicar el movimiento retrógrado de los planetas. Este es el aparente movimiento hacia atrás de los planetas contra las estrellas de fondo. El modelo de Aristóteles, con los planetas que se mueven en círculos perfectos alrededor de la tierra, no podían explicar este fenómeno. Se requería explicaciones complejas y artificiales como epiciclos (círculos más pequeños en los que se mueven los planetas) y los equits (puntos fuera del centro de la tierra) para tener en cuenta el movimiento retrógrado.
2. Falta de paralaje estelar: Si la tierra se movía alrededor del sol, como lo proponía más tarde Copérnico, entonces debería haber un cambio medible en las posiciones aparentes de las estrellas (paralaje). Sin embargo, el modelo de Aristóteles, e incluso los astrónomos durante siglos después de él, no pudieron observar este paralaje. Esta ausencia apoyó aún más la vista geocéntrica. Sin embargo, la razón de esta falta de paralaje observable se debió a las vastas distancias de las estrellas, que fueron mucho mayores de lo que inicialmente pensaba.
3. Cálculos inexactos: El modelo de Aristóteles se basó en observaciones astronómicas limitadas y cálculos imprecisos. Condujo a inexactitudes en la predicción de posiciones planetarias, que se notaron con el tiempo.
4. Simplicidad versus realidad: Si bien el modelo de Aristóteles era conceptualmente simple y elegante, en última instancia, no logró reflejar con precisión la complejidad del sistema solar. Esta simplicidad condujo a una desconexión entre las predicciones y las observaciones reales.
5. Falta de método científico: Si bien Aristóteles era un filósofo brillante, sus métodos no dependían de las observaciones sistemáticas y las rigurosas pruebas que se convirtieron en el sello distintivo del método científico. Esto obstaculizó el desarrollo de modelos más precisos.
En resumen, el modelo geocéntrico de Aristóteles no pudo coincidir con las predicciones esperadas debido a su incapacidad para explicar el movimiento retrógrado, la falta de paralaje estelar observable, la dependencia de los cálculos inexactos y un enfoque en la simplicidad sobre la precisión empírica. Si bien reinó durante siglos, finalmente fue reemplazado por el modelo heliocéntrico, lo que explicó mejor los movimientos observados de los planetas.