Según el mito, Apolo se enamoró de la princesa troyana Casandra y prometió concederle el don de profecía a cambio de su amor. Sin embargo, después de recibir el regalo, se negó a devolverle su afecto. En su ira, Apolo lanzó una maldición sobre Casandra, haciendo que nadie creyera en sus profecías a pesar de que siempre fueron ciertas.