Las estrellas nacen en vastas nubes de gas y polvo llamadas nebulosas. Las nebulosas están formadas por hidrógeno y helio, los dos elementos más ligeros y abundantes del universo. Cuando una nebulosa se vuelve lo suficientemente densa, comenzará a colapsar bajo su propia gravedad. A medida que la nebulosa colapse, comenzará a girar cada vez más rápido. Esta rotación hace que la nebulosa forme un disco. El centro del disco se volverá muy caliente y denso, y aquí es donde eventualmente se formará una estrella.