1. Júpiter:
- Júpiter está compuesto principalmente de hidrógeno y helio, con trazas de elementos más pesados.
- Tiene un núcleo rocoso muy denso, de aproximadamente 10 a 15 masas terrestres, rodeado por una capa profunda de hidrógeno metálico que sufre una presión extrema.
- Debajo de la capa de hidrógeno metálico, podría haber una capa de "pudín" de hidrógeno molecular.
- Júpiter genera un fuerte campo magnético debido a la interacción entre el hidrógeno metálico y la rápida rotación del planeta.
2. Saturno:
- Saturno también se compone principalmente de hidrógeno y helio.
- Tiene un núcleo rocoso más pequeño que el de Júpiter, pero aún así es significativo, se estima que tiene entre 9 y 20 masas terrestres.
- El núcleo de Saturno está rodeado por una capa de hidrógeno metálico, aunque esta capa puede no ser tan profunda como la de Júpiter.
- Al igual que Júpiter, Saturno posee un potente campo magnético generado por sus procesos internos.
3. Urano:
- Urano se diferencia de Júpiter y Saturno en su composición. Si bien todavía contiene hidrógeno y helio, tiene una mayor proporción de elementos más pesados como oxígeno, carbono, nitrógeno y azufre, conocidos como "hielos" en la ciencia planetaria.
- Su estructura interior es compleja y no se comprende del todo. Se cree que tiene un núcleo rocoso, rodeado por un manto helado y una capa de hidrógeno molecular.
- El campo magnético de Urano es único porque su eje está inclinado unos 98 grados en comparación con su eje de rotación, lo que le confiere una geometría de campo magnético inusual.
4. Neptuno:
- La composición de Neptuno se asemeja a la de Urano, con una importante cantidad de "hielos" en su interior.
- Tiene un núcleo rocoso, un manto helado y una capa de hidrógeno molecular.
- Neptuno posee un fuerte campo magnético, pero su geometría es compleja debido a la interacción de su rotación y su dinámica interna.
En general, si bien todos los planetas jovianos comparten ciertas características, como estar compuestos principalmente de hidrógeno y helio, exhiben diferencias en sus estructuras interiores, incluidos los tamaños de los núcleos, las capas de capas de hidrógeno y la presencia de elementos más pesados. Estas variaciones contribuyen a las características únicas de cada planeta.