Cuando se agrega una solución que contiene yodo a una solución que contiene almidón, las moléculas de yodo interactúan con las regiones helicoidales de las moléculas de almidón, específicamente el componente de amilosa. Estas regiones helicoidales tienen una estructura similar a una cavidad o canal que puede acomodar las moléculas de yodo.
A medida que las moléculas de yodo entran en las regiones helicoidales de las moléculas de almidón, quedan atrapadas y forman un complejo de transferencia de carga. Este complejo implica la interacción entre los electrones de las moléculas de yodo y los electrones de las moléculas de almidón, lo que lleva a la formación de una nueva especie molecular.
La formación del complejo yodo-almidón provoca un cambio significativo en las propiedades de absorción de la solución. Las moléculas de yodo, que normalmente absorben luz en la región visible del espectro (rango violeta-azul), experimentan un cambio en su longitud de onda de absorción. El complejo absorbe luz en una longitud de onda más larga, correspondiente a la región azul-negra del espectro.
Este cambio en las propiedades de absorción es responsable del intenso color negro azulado que se observa cuando se agrega yodo a una solución de almidón. La intensidad del color está directamente relacionada con la concentración de almidón presente en la solución. Las concentraciones más altas de almidón conducen a la formación de más complejos de yodo-almidón, lo que da como resultado un color azul más intenso.
Es importante tener en cuenta que el color azul que se forma en la prueba de yodo es específico del almidón y a menudo se utiliza como prueba cualitativa para detectar la presencia de almidón en una muestra. La formación de este característico color negro azulado es un indicador confiable y ampliamente reconocido del almidón en diversas aplicaciones, como pruebas de alimentos, diagnósticos médicos y experimentos científicos.