La tabla periódica de elementos, herramienta fundamental de la química, parece sugerir un posible fin. Este concepto surgió durante la creación de las primeras versiones de la tabla periódica, como las propuestas por Mendeleev, quien organizaba los elementos en función de sus propiedades y masas atómicas. Las lagunas iniciales en la tabla llevaron a predicciones de elementos aún por descubrir, que posteriormente se confirmaron. Esto alimentó la creencia de que eventualmente se podría completar la disposición completa de los elementos de la tabla.