La sequía fue la peor jamás registrada, y algunas zonas recibieron menos del 10 por ciento de sus precipitaciones normales. La sequía dañó los cultivos, provocó incendios forestales y mató al ganado.
Los nuevos datos, publicados en la revista Science Advances, muestran que la sequía afectó a más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados (580.000 millas cuadradas) de bosque. Los científicos estiman que la sequía provocó la muerte de más de 10 mil millones de árboles.
La extinción se concentró en las partes este y sur de la selva amazónica, que alberga algunos de los bosques con mayor biodiversidad de la Tierra. La pérdida de tantos árboles podría tener un impacto significativo en el ecosistema de la selva tropical, así como en el ciclo global del carbono.
La autora principal del estudio, la Dra. Luciana Vanni de la Universidad de Campinas en Brasil, dijo que los hallazgos resaltan la vulnerabilidad de la selva amazónica al cambio climático. "La sequía de 2010 fue un fenómeno natural, pero también se vio exacerbada por el cambio climático", afirmó. "Esperamos ver sequías más frecuentes y severas en el futuro, lo que podría tener un impacto devastador en la selva amazónica".
Los hallazgos también podrían tener implicaciones para los esfuerzos para reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal (REDD+), un programa de las Naciones Unidas que tiene como objetivo proporcionar incentivos financieros a los países en desarrollo para reducir la deforestación. El estudio sugiere que la sequía de 2010 podría haber causado una cantidad significativa de daños forestales que no se tuvieron en cuenta en el marco de REDD+, lo que podría llevar a sobreestimar la eficacia del programa.