Un meteoro sobre Chelyabinsk, Rusia, explotó el 15 de febrero de 2013, creando una onda de choque que hirió a más de 1.500 personas y causó daños generalizados a los edificios. Se estimó que el meteoro tenía unos 20 metros (66 pies) de diámetro y pesaba unas 10.000 toneladas. Entró en la atmósfera de la Tierra a una velocidad de unos 19 kilómetros (12 millas) por segundo y explotó a una altitud de unos 30 kilómetros (19 millas).