El sistema, conocido como GW Orionis, está situado a unos 1.300 años luz de la Tierra en la constelación de Orión. Está formado por tres estrellas jóvenes, cada una con su propio disco protoplanetario, todas orbitando alrededor de un centro de masa común.
Las nuevas observaciones de ALMA muestran que las regiones exteriores de los discos están siendo distorsionadas y alejadas de las estrellas por las fuerzas gravitacionales de sus órbitas mutuas. Esto está provocando que los discos se fragmenten y rompan, dificultando la formación de planetas.
"Este es un descubrimiento realmente emocionante", afirmó el Dr. John Tobin, astrónomo de la Universidad de Oklahoma y autor principal del estudio. "Nunca antes habíamos visto algo así. Es una forma completamente nueva de alterar la formación de planetas".
Los investigadores creen que la rotura de los discos se debe al hecho de que las tres estrellas orbitan entre sí en una configuración muy cercana. Esto significa que las fuerzas gravitacionales entre las estrellas son muy fuertes y pueden ejercer una influencia significativa sobre los discos.
"Este descubrimiento muestra que el entorno en el que se forman los planetas puede ser muy complejo y caótico", afirmó el Dr. Tobin. "No se trata simplemente de una estrella rodeada por un disco de material. Puede haber muchos otros factores que pueden influir en la formación de planetas".
Los hallazgos de este estudio tienen implicaciones importantes para nuestra comprensión de cómo se forman los planetas y las condiciones necesarias para que se formen. Sugieren que la presencia de múltiples estrellas en un sistema puede dificultar o incluso imposibilitar la formación de planetas.
"Esto supone un nuevo giro en la historia de la formación de planetas", afirmó el Dr. Tobin. "Es algo que tendremos que tener en cuenta cuando intentemos comprender cómo se forman los planetas".
El estudio se publica en la revista Nature.