Hay una nueva normalidad después de la pandemia. La gente trabaja desde casa, se reúne virtualmente y viaja menos. La pandemia también transforma la manufactura, la energía y el transporte. Estos cambios inducidos por la pandemia podrían ayudar a combatir el cambio climático.
Reducción de las emisiones globales
Los viajes aéreos cayeron un 66% en 2020, con una caída récord del 90% en abril. Las prohibiciones de vuelos y las órdenes de quedarse en casa redujeron el transporte por carretera, y algunas ciudades tuvieron un 80% menos de tráfico por carretera. La manufactura y la generación de energía disminuyeron. A medida que los países impusieron bloqueos, las emisiones globales de CO2 cayeron un 7% en 2020, la mayor caída anual desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, las emisiones se recuperaron en 2021 y ahora son más altas que antes de la pandemia.
Cambios en la fabricación y la generación de energía
Los bloqueos significaron una menor demanda de energía. Muchas fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, producen electricidad de forma intermitente, por lo que las redes necesitan "reservas giratorias", plantas de energía convencionales que puedan ajustar rápidamente su producción para satisfacer las fluctuaciones de la demanda. Durante los cierres, esas centrales eléctricas de reserva a menudo funcionaban a una producción mínima, lo que aumentaba los costos.
Las interrupciones en la fabricación afectaron a los paneles solares, las turbinas eólicas y las baterías, lo que elevó los precios. Esto, combinado con los bajos precios del petróleo y el gas, desaceleró el crecimiento de las energías renovables en 2020. Aún así, la participación de las energías renovables en la generación de energía mundial aumentó ligeramente ese año.
Interrupciones en el transporte
La aviación, el transporte marítimo y el turismo se desplomaron durante la pandemia. Muchas aerolíneas están pasando apuros y algunas podrían quebrar. La industria automotriz está cambiando hacia los vehículos eléctricos, impulsada por los incentivos gubernamentales y las prohibiciones de los motores de combustión interna.
En 2020, las ventas mundiales de automóviles eléctricos aumentaron un 43%, hasta los 3 millones, a pesar de la contracción de los mercados automovilísticos. Algunos expertos predijeron que sin la pandemia las ventas de coches eléctricos podrían haber sido el doble.
Cambios en el comportamiento del consumidor.
La pandemia ha afectado el comportamiento de los consumidores, con más compras online y reuniones virtuales, y menos conferencias internacionales, eventos deportivos y turismo. No está claro cuáles persistirán después de la pandemia y cómo podrían afectar las emisiones.
El futuro pospandemia
Podemos aprovechar los cambios impulsados por la pandemia para hacer la transición a una economía baja en carbono y ayudar a abordar el cambio climático.
Los gobiernos pueden dirigir la recuperación hacia sectores bajos en carbono. Las políticas pueden priorizar la energía limpia, la eficiencia energética, la agricultura y el transporte sostenibles, al tiempo que ayudan a los trabajadores y las industrias afectados en la transición. Se pueden mejorar el transporte público y la bicicleta, y se pueden recortar los subsidios a los combustibles fósiles.
Las empresas pueden adoptar prácticas sostenibles, como reducir el consumo y el desperdicio de energía, invertir en tecnologías limpias y promover el trabajo remoto.
Las personas pueden tomar decisiones sostenibles, como comprar productos locales, reducir el consumo de carne, volar menos e instalar sistemas de energía renovable.
Aprovechando los cambios inducidos por la pandemia, podemos crear colectivamente un mundo más sostenible y respetuoso con el clima.