Estudios anteriores han sugerido que los cambios en los niveles de gases de efecto invernadero debidos a la actividad volcánica, la tectónica de placas o procesos biológicos pueden haber causado el evento de la Tierra Bola de Nieve. En contraste con este paradigma predominante, el nuevo estudio, publicado en la revista Nature Geoscience, señala las variaciones en la órbita de la Tierra como un factor principal.
El equipo de investigación de la Universidad de California en Davis analizó fósiles antiguos de Nevada de 700 millones de años de antigüedad, que proporcionaron un marco cronológico preciso para el cambio climático antes, durante y después de la edad de hielo. Los investigadores también utilizaron modelos informáticos para simular los cambios orbitales del planeta a lo largo del tiempo, lo que les permitió conectar las variaciones orbitales y las temperaturas de la superficie.
Uno de los hallazgos clave del estudio es que el evento Snowball Earth no ocurrió gradualmente, como se propuso anteriormente. En cambio, los investigadores encontraron evidencia de que la congelación ocurrió más rápidamente de lo que se pensaba inicialmente y no duró más que unas pocas decenas de miles de años. Esta corta duración se alinea bien con los cambios en la órbita de la Tierra que resultan de su oscilación axial.
El eje de la Tierra actualmente apunta a la Estrella Polar (Polaris), pero esta alineación cambia lentamente a lo largo de decenas de miles de años. En el pasado lejano, el eje de la Tierra habría apuntado en una dirección diferente, y esta oscilación axial habría provocado que el ángulo de la órbita de la Tierra alrededor del Sol cambiara periódicamente hasta 2,4 grados.
Estos cambios en la inclinación y la órbita alteraron ligeramente la cantidad de luz solar que llega a los polos de la Tierra. La reducción de la luz solar en los polos habría provocado un crecimiento inicial de capas de hielo, que luego habrían actuado como un espejo gigante y reflejado aún más la luz solar lejos del planeta. Este circuito de retroalimentación positiva habría extendido el hielo por todo el planeta, lo que habría llevado al evento Snowball Earth.
Los investigadores enfatizan que la oscilación axial por sí sola no habría sido suficiente para causar un enfriamiento tan extremo. Probablemente estuvo acompañado de otros factores, como cambios en la producción solar o concentraciones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, destacan que los cambios en la órbita de la Tierra pueden haber jugado un papel más importante de lo que se pensaba anteriormente, convirtiendo en última instancia a nuestro planeta en una bola de nieve gigante.
Comprender los mecanismos detrás de los eventos climáticos extremos en el pasado de la Tierra puede proporcionar información valiosa para predecir y mitigar las posibles consecuencias de cambios climáticos futuros, especialmente considerando las preocupaciones actuales sobre el calentamiento global inducido por el hombre.