Bajar las luces durante Matariki es una forma de reducir la cantidad de contaminación lumínica que se produce en nuestras ciudades y pueblos. La contaminación lumínica puede tener un efecto adverso en los animales nocturnos, como los insectos, y puede alterar sus comportamientos naturales e interferir con su capacidad para navegar y encontrar comida.
Por ejemplo, el exceso de luz artificial durante la noche puede perturbar a los insectos nocturnos, alterando sus hábitos normales de búsqueda de alimento y apareamiento. Muchos insectos nocturnos dependen de la oscuridad para navegar y encontrar pareja. La luz artificial puede desorientarlos, haciéndolos más vulnerables a los depredadores.
Al reducir la cantidad de luz artificial que producimos, podemos ayudar a nuestros preciosos insectos nocturnos y animarlos a florecer durante las noches más largas de Matariki. Esta es sólo una pequeña forma en que podemos conectarnos con nuestro entorno natural y mostrar respeto por las criaturas que viven en la oscuridad.