Gaia detecta exoplanetas mediante una técnica llamada microlente. Cuando un objeto masivo, como un planeta, pasa entre la Tierra y una estrella distante, provoca una ligera distorsión en la luz de la estrella. Gaia puede detectar esta distorsión, lo que permite a los astrónomos inferir la presencia de un exoplaneta.
Sin embargo, Gaia no está diseñada específicamente para la detección de exoplanetas y sus capacidades de microlente son limitadas. Es más adecuado para estudiar estrellas brillantes ubicadas en la región central de nuestra galaxia, donde las posibilidades de detectar eventos de microlentes son mayores. Por lo tanto, si bien Gaia ha descubierto un puñado de exoplanetas, su enfoque principal sigue siendo el estudio de las estrellas y la estructura de la Vía Láctea.
Por otro lado, existen otras misiones espaciales y observatorios terrestres dedicados a la detección de exoplanetas. Estas misiones utilizan diferentes técnicas, como el método de tránsito y el método de velocidad radial, para identificar y caracterizar exoplanetas. Por ejemplo, la misión Kepler de la NASA, que operó entre 2009 y 2018, descubrió miles de exoplanetas utilizando el método de tránsito.
Para encontrar planetas similares a la Tierra en términos de tamaño, composición y distancia de sus estrellas, los astrónomos emplean técnicas y observaciones sofisticadas desde múltiples instalaciones. El objetivo final de encontrar análogos de la Tierra y exoplanetas potencialmente habitables requiere instrumentos y misiones especializados diseñados específicamente para este propósito.