Los astrónomos han descubierto un planeta raro que ha sobrevivido a la muerte de su estrella, proporcionando nuevos conocimientos sobre el destino de nuestro propio Sistema Solar.
El planeta, llamado WD 1856 b, orbita una enana blanca, el núcleo colapsado de una estrella similar al Sol. Las enanas blancas son extremadamente densas y calientes, y se enfrían gradualmente con el tiempo. Mientras lo hacen, pueden eliminar las capas exteriores de cualquier planeta que los orbite.
Pero WD 1856 b ha logrado sobrevivir a este proceso y ahora orbita la enana blanca a una distancia de sólo 2,2 millones de kilómetros (1,4 millones de millas). Esto está increíblemente cerca y significa que el planeta está sometido a intenso calor y radiación.
A pesar de estas duras condiciones, WD 1856 b ha logrado conservar su atmósfera y sus océanos de agua líquida. Esto sugiere que el planeta puede albergar vida, incluso después de que su estrella haya muerto.
El descubrimiento de WD 1856 b es importante porque proporciona nueva evidencia de que los planetas pueden sobrevivir a la muerte de sus estrellas. Esto significa que puede haber muchos más planetas habitables en el universo de lo que se pensaba anteriormente.
¿Qué significa esto para el fin de nuestro Sistema Solar?
El Sol eventualmente se convertirá en una enana blanca y es probable que elimine las capas exteriores de la Tierra y otros planetas del Sistema Solar. Sin embargo, es posible que algunos planetas, como WD 1856 b, puedan sobrevivir a este proceso y continuar albergando vida.
El descubrimiento de WD 1856 b nos da la esperanza de que la vida pueda sobrevivir a la muerte de nuestro Sol. También sugiere que puede haber muchos más planetas habitables en el universo de lo que se pensaba anteriormente.