La teoría tradicional, conocida como "modelo canónico", sostiene que la Tierra y otros planetas rocosos de nuestro sistema solar se formaron mediante un proceso de acreción, en el que pequeños cuerpos rocosos llamados planetesimales colisionaron gradualmente y se pegaron entre sí para formar objetos cada vez más grandes. , lo que eventualmente conducirá a la formación de planetas.
Sin embargo, nuevos experimentos realizados por un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago y el Instituto Carnegie para la Ciencia sugieren que es posible que el modelo canónico no pueda explicar completamente la formación de planetas rocosos. Los experimentos demostraron que las colisiones entre planetesimales a altas velocidades pueden hacer que se rompan y se dispersen en lugar de pegarse.
Los investigadores realizaron los experimentos utilizando una instalación de impacto de alta velocidad en la Universidad de Chicago. Dispararon proyectiles hechos de diversos materiales, incluidos hielo y roca, a diferentes velocidades contra objetivos hechos del mismo material. Los experimentos demostraron que las colisiones a altas velocidades, como las que ocurrirían durante las primeras etapas de la formación de planetas, pueden hacer que los planetesimales se rompan y se dispersen, en lugar de pegarse.
Esto sugiere que el modelo canónico, que supone que los planetesimales siempre se mantienen unidos tras el impacto, puede no ser exacto. En cambio, los investigadores proponen un nuevo modelo que tiene en cuenta la posibilidad de rotura y dispersión de planetesimales durante colisiones de alta velocidad.
El nuevo modelo sugiere que las primeras etapas de la formación de planetas pueden haber sido más complejas y caóticas de lo que se pensaba anteriormente, y que el proceso de acreción puede haber estado acompañado de cantidades significativas de fragmentación y dispersión de material. Esto podría tener implicaciones para nuestra comprensión de la composición y estructura de los planetas rocosos, así como para la formación de la Tierra y otros planetas de nuestro sistema solar.
Se necesitarán más experimentos e investigaciones para comprender mejor el proceso de formación de planetas y perfeccionar los modelos utilizados para describirlo.