La misión de Investigación de la Fuente de Polvo Mineral de la Superficie de la Tierra (EMIT) mejorará la comprensión de los científicos sobre los complejos procesos que conducen a la formación de nubes, que desempeñan un papel crucial en el equilibrio energético de la Tierra.
El satélite estará equipado con un espectrómetro de imágenes de última generación para proporcionar observaciones globales sin precedentes de la estructura tridimensional de las nubes, incluido el tamaño y la forma de las gotas de las nubes y las partículas de hielo, así como la cantidad de agua y hielo que contienen.
Estos datos permitirán a los científicos comprender mejor cómo se forman y evolucionan las nubes, cómo interactúan con la superficie y la atmósfera de la Tierra y cómo contribuyen al equilibrio energético de la Tierra.
Las nubes desempeñan un doble papel en el sistema climático de la Tierra:reflejan la luz solar de regreso al espacio, teniendo así un efecto de enfriamiento, pero también atrapan calor, contribuyendo al calentamiento. El delicado equilibrio entre estos dos efectos es crucial para comprender y predecir el cambio climático.
Actualmente, los satélites proporcionan observaciones de las propiedades de las nubes, pero su precisión es limitada, especialmente para las nubes bajas que son difíciles de observar desde arriba. La misión EMIT llenará este vacío proporcionando observaciones más precisas y completas de las nubes, incluida su estructura tridimensional y el tamaño y la forma de las gotas de las nubes y las partículas de hielo.
La misión es una colaboración entre la NASA y el CNES, con contribuciones de la Agencia Espacial Europea (ESA). Se espera que el satélite se lance a principios de la década de 2030.