Un estudio reciente arroja dudas sobre la asociación propuesta anteriormente entre la detección de un neutrino de alta energía y una estrella cercana siendo devorada por un agujero negro. En cambio, el nuevo análisis sugiere que el neutrino probablemente se originó a partir de un potente chorro lanzado por un agujero negro supermasivo ubicado en el centro de una galaxia distante.
Resumen detallado:
En septiembre de 2017, el Observatorio de Neutrinos IceCube, ubicado en el Polo Sur, detectó un neutrino de alta energía conocido como IceCube-170922A. Inicialmente, hubo entusiasmo cuando una galaxia cercana llamada NGC 1068 parecía ofrecer una fuente cósmica convincente:una estrella consumida por un agujero negro supermasivo en el corazón de la galaxia. Este escenario parecía encajar muy bien con las predicciones teóricas sobre los mecanismos de producción de neutrinos asociados con tales eventos.
Sin embargo, un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Radboud en los Países Bajos cuestiona esta conexión propuesta. Al realizar observaciones detalladas con varios telescopios, incluido el Telescopio Espacial Hubble, y realizar extensas simulaciones numéricas, los científicos evaluaron si NGC 1068 podría ser realmente el lugar de nacimiento del neutrino.
Su análisis reveló varias discrepancias. El brillo y la variabilidad observados del chorro de NGC 1068, impulsado por el agujero negro supermasivo en su núcleo, no se alinearon con las expectativas para el escenario devorador de estrellas propuesto. Las simulaciones del equipo indicaron además que el chorro de NGC 1068 carecía de energía suficiente para acelerar los protones a energías lo suficientemente altas como para producir neutrinos a través de interacciones con nubes de gas ambientales.
En cambio, el estudio sugiere una fuente alternativa para el neutrino detectado. Los blazares, un tipo de galaxia muy activa con potentes chorros apuntando hacia la Tierra, surgieron como candidatos más probables. La dirección de IceCube-170922A se alinea con varios blazares conocidos, y se sabe que los chorros de blazar aceleran partículas a energías extremadamente altas, haciéndolas capaces de producir neutrinos a través de interacciones con fotones o gas en las proximidades del blazar.
Los hallazgos resaltan la complejidad de identificar y comprender los orígenes cósmicos de los neutrinos de alta energía. Si bien presentan una ventana única a los procesos astrofísicos extremos, identificar sus fuentes exactas sigue siendo una tarea desafiante que a menudo requiere investigaciones detalladas y consideraciones de múltiples escenarios potenciales.