El concepto de dobles a menudo cae en el ámbito del folclore, la mitología y la superstición, más que en la investigación científica. En algunas culturas, se cree que los dobles son presagios de mala suerte o desgracia, mientras que en otras pueden ser vistos como gemelos etéreos o contrapartes espirituales.
Desde un punto de vista genético, la probabilidad de que dos individuos no emparentados compartan una apariencia física idéntica es extremadamente baja. La combinación única de genes de cada persona contribuye a sus rasgos individuales, y las posibilidades de que dos personas tengan exactamente la misma composición genética son minúsculas.
Los científicos estiman que la probabilidad de encontrar un doble idéntico para una persona específica es de aproximadamente 1 entre 1 billón. Esta estimación tiene en cuenta factores como la gran diversidad genética entre los humanos, así como el número de personas que viven en el planeta.
Sin embargo, es importante señalar que la ausencia de evidencia científica no necesariamente refuta la existencia de dobles. Las coincidencias, las similitudes en apariencia y las identidades equivocadas pueden contribuir a la percepción de encontrarse con un doble.
En resumen, si bien la existencia de doppelgangers sigue sin estar respaldada por evidencia científica, el concepto continúa cautivando la imaginación humana e inspirando historias, leyendas y representaciones artísticas en todas las culturas.