Los microscopios ópticos funcionan haciendo pasar luz a través de una muestra y luego ampliando la imagen de la muestra con una serie de lentes. La lente objetivo, que se encuentra en la parte inferior del microscopio, recoge la luz de la muestra y la enfoca en el plano de la imagen. La lente ocular, que se encuentra en la parte superior del microscopio, aumenta la imagen de la muestra.
El aumento total de un microscopio óptico se determina multiplicando el aumento de la lente del objetivo por el aumento de la lente del ocular. Por ejemplo, un microscopio con un objetivo de 10x y un ocular de 10x tendría un aumento total de 100x.
Los microscopios ópticos tienen una serie de ventajas sobre otros tipos de microscopios. Son relativamente económicos y fáciles de usar, y producen imágenes fáciles de interpretar. Sin embargo, los microscopios ópticos están limitados por la longitud de onda de la luz visible, lo que significa que no pueden usarse para ampliar objetos de menos de 0,2 micrómetros.
Microscopios electrónicos y microscopios de sonda de barrido Hay otros dos tipos de microscopios que se pueden utilizar para ampliar objetos a una escala mucho más pequeña que los microscopios ópticos. Los microscopios electrónicos utilizan un haz de electrones en lugar de luz visible, mientras que los microscopios de sonda de barrido utilizan una sonda afilada para escanear la superficie de una muestra. Este tipo de microscopios se pueden utilizar para ampliar objetos con una resolución de unos pocos nanómetros.