Los cirros se forman cuando el vapor de agua se convierte directamente en cristales de hielo en condiciones extremadamente frías, a diferencia de las nubes de lluvia a nivel del suelo que requieren aire extremadamente frío cerca del nivel del suelo.
La teoría tradicional dice que los cirros se forman cuando las gotas de agua se congelan sobre pequeñas partículas de aerosol en la atmósfera, actuando como sitios de nucleación.
Sin embargo, no hay suficientes partículas de aerosol en la atmósfera para explicar la cantidad de cristales de hielo que se forman en los cirros.
Un nuevo estudio sugiere que los cirros se forman cuando las gotas de agua se congelan sobre los núcleos de hielo que se producen por la ruptura de cristales de hielo más grandes. Este proceso se llama "fragmentación". La fragmentación puede ocurrir cuando los cristales de hielo chocan entre sí o cuando son golpeados por fuertes vientos.
El nuevo estudio proporciona una explicación más precisa de cómo se forman los cirros. También sugiere que los cirros pueden desempeñar un papel más importante en el clima de la Tierra de lo que se pensaba anteriormente. Las nubes cirros reflejan la luz solar de regreso al espacio, lo que puede ayudar a enfriar el planeta. También atrapan calor en la atmósfera, lo que puede contribuir al calentamiento global.