Una forma de medir la expansión del universo es observar galaxias que están muy lejos. Estas galaxias se llaman supernovas distantes y están tan lejos que su luz viaja durante miles de millones de años. Al estudiar la luz de estas supernovas, los astrónomos pueden medir qué tan rápido se ha expandido el universo desde que se emitió la luz.
Otra forma de medir la expansión del universo es observar el fondo cósmico de microondas (CMB). El CMB es la radiación sobrante del Big Bang, el evento que creó el universo. Al estudiar el CMB, los astrónomos pueden medir cómo se ha expandido el universo desde el Big Bang.
Estos dos métodos de medir la expansión del universo dan resultados consistentes. El universo se está expandiendo a un ritmo de unos 70 kilómetros por segundo por megaparsec. Esto significa que por cada millón de pársecs (3,26 millones de años luz) de distancia de una galaxia, ésta se aleja de nosotros a 70 kilómetros por segundo.
La expansión del universo se está acelerando, lo que significa que las galaxias se están alejando de nosotros cada vez más rápido. Se cree que esta aceleración es causada por una fuerza misteriosa llamada energía oscura. La energía oscura es uno de los mayores misterios de la física y los astrónomos todavía están intentando descubrir qué es y cómo funciona.