Termómetros: La principal herramienta utilizada para medir la temperatura del aire es el termómetro. Los termómetros son instrumentos que convierten la temperatura en un valor numérico, generalmente en grados Celsius (°C) o grados Fahrenheit (°F). Estos termómetros se colocan en varios lugares del mundo, incluidas estaciones meteorológicas, aeropuertos y estaciones de investigación, para registrar las temperaturas locales.
Satélites meteorológicos: Los satélites equipados con instrumentos avanzados, como radiómetros infrarrojos, pueden medir temperaturas desde el espacio. Estos satélites brindan cobertura global y pueden monitorear los cambios de temperatura en grandes áreas, incluidas regiones remotas donde no hay estaciones meteorológicas terrestres.
Boyas: Las boyas son instrumentos desplegados en océanos y grandes masas de agua para medir y transmitir diversos parámetros ambientales, incluida la temperatura del agua. Las boyas proporcionan datos de temperatura de regiones oceánicas remotas, que son importantes para comprender los patrones climáticos globales.
Recopilación y análisis de datos: Las estaciones meteorológicas, los satélites y las boyas recopilan continuamente datos de temperatura. Estos datos se transmiten a bases de datos centrales y son analizados por meteorólogos y científicos del clima. Se aplican amplias medidas de control de calidad para garantizar la exactitud y fiabilidad de los datos.
Mantenimiento de registros: La Organización Meteorológica Mundial (OMM) mantiene una base de datos global de registros de temperatura. La Comisión de Climatología (CCL) de la OMM y sus equipos de expertos evalúan y validan los fenómenos meteorológicos extremos, incluidos los registros de temperatura, siguiendo estrictos criterios científicos.
Revisión por pares: Los estudios e informes científicos relacionados con los registros de temperatura se someten a una rigurosa revisión por pares realizada por expertos independientes en el campo. Esto garantiza la exactitud, validez y reproducibilidad de los hallazgos antes de que sean reconocidos oficialmente.
Combinando datos de diversas fuentes, los científicos pueden determinar el día más cálido registrado en la Tierra. Esto implica identificar y analizar eventos de temperaturas extremas, compararlos con registros históricos y considerar factores como el control de calidad, las técnicas de medición y la cobertura geográfica.