Los océanos no son propiedad de ningún país o entidad individual. Se consideran aguas internacionales, lo que significa que todos los países pueden utilizarlas libremente para la navegación, la pesca y otros fines pacíficos. Sin embargo, algunos países pueden tener zonas económicas exclusivas (ZEE) que se extienden hasta 200 millas náuticas (370 km) desde sus costas. Dentro de estas ZEE, los países tienen ciertos derechos y responsabilidades, como la gestión de la pesca y la protección del medio ambiente.