La basura espacial surgió a mediados del siglo XX, justo al comienzo de la carrera espacial. Cuando la Unión Soviética lanzó el Sputnik I, el primer satélite de la historia que entró en órbita alrededor de la Tierra, el 4 de octubre de 1957, el mundo prestó atención. Aunque el satélite era pequeño para los estándares actuales (tenía aproximadamente el tamaño de una pelota de playa), el Sputnik aún causaba mucho miedo entre las naciones, especialmente en Estados Unidos. Además de desatar la carrera espacial, el lanzamiento preocupó a muchos estadounidenses por su asociación con la carrera armamentista nuclear. Si los soviéticos fueran capaces de poner un satélite en el espacio, también podrían colocarle una bomba nuclear encima y alcanzar un objetivo en cuestión de horas.
Como esto tomó a todos por sorpresa, varios países invirtieron recursos en programas espaciales; el evento llevó directamente al Congreso a crear la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, o NASA.
Los gobiernos, y ahora las empresas de telefonía móvil, televisión y receptores de GPS, han lanzado cientos de satélites al año desde el inicio de la carrera espacial. Estos satélites, junto con los cohetes y otros objetos enviados al espacio, constituyen la mayoría de la basura espacial. La Oficina del Programa Espacial de Desechos Orbitales de la NASA también enumera estos tipos de objetos como ejemplos de basura espacial:
¿Qué tan peligrosos podrían ser todos estos objetos en el espacio? Consulte la página siguiente para descubrirlo.