El próximo lanzamiento de la misión Φsat-2 es un excelente ejemplo del trabajo pionero que realiza la ESA en el campo de la IA en la observación de la Tierra.
Pero cuando se trata de IA, las esperanzas y los temores abundan a partes iguales. En esta entrevista, Rochelle Schneider de la ESA deja las cosas claras sobre cómo esta tecnología transformadora está mejorando el acceso a información crucial sobre el estado y el futuro de nuestro planeta.
El éxito de las herramientas de IA generativa como ChatGPT ha traído consigo nuevas preguntas sobre lo que nos espera si el poder y las capacidades de la IA continúan creciendo.
Afortunadamente, conferencias como AI For Good, en las que la ESA participa a menudo, demuestran que, en lugar de causar daño, la IA tiene un impacto muy positivo en la sociedad y el desarrollo sostenible.
Como experta en aprendizaje automático, la líder de aplicaciones de IA del Φ-lab de la ESA, Rochelle Schneider, está en una buena posición para explicar por qué la IA es una fuerza positiva en la observación de la Tierra. Rochelle tiene una amplia experiencia en la recuperación de información vital a partir de datos de observación de la Tierra en beneficio de la prevención de enfermedades y el desarrollo infantil.
La IA aprovecha las computadoras y las máquinas para que trabajen para nosotros en tareas o funciones altamente repetitivas que pueden automatizarse. Esto nos permite trabajar de manera más eficiente y concentrarnos en aquellas actividades que requieren roles humanos insustituibles, como la inteligencia emocional, las relaciones humanas y la intuición.
Bueno, la IA sin duda transformará la sociedad, pero creará innumerables oportunidades para nuevas carreras. Por lo tanto, deberíamos considerar la IA como una herramienta para facilitar o mejorar las capacidades y tareas humanas, en lugar de algo que nos reemplazará en el mercado laboral.
Tenemos que alentar a la próxima generación de profesionales a aprovechar los beneficios de trabajar con tecnologías de inteligencia artificial. En la observación de la Tierra en la ESA, por ejemplo, estamos enseñando a jóvenes científicos e ingenieros a adoptar las herramientas del aprendizaje automático como parte de su comprensión de los datos y su procesamiento.
La IA está ayudando enormemente a la observación de la Tierra. Varios satélites ahora tienen computadoras con inteligencia artificial a bordo para filtrar y procesar datos, y en el futuro hay muchas aplicaciones que utilizan la inteligencia artificial para crear información crítica para los usuarios finales.
La visión por computadora ilustra ampliamente la contribución que hace la IA. Extraemos muchas características de imágenes de satélite, como vegetación o minas de carbón, y aunque las computadoras han estado haciendo esto durante algún tiempo, tradicionalmente usan algoritmos o modelos fijos para detectar los objetos requeridos.
Con la IA, el modelo sigue evolucionando y aprendiendo a medida que llegan nuevos datos, y eso cambia las reglas del juego en términos de nuestra necesidad de detección automática. Cada día se producen enormes volúmenes de datos de observación de la Tierra, por lo que la automatización mediante IA es una ayuda vital para monitorear la Tierra.
En el proyecto Child Connectivity que la ESA está llevando a cabo con Giga, por ejemplo, estamos evaluando el acceso de los jóvenes a Internet. Como parte de esto, utilizamos algoritmos de inteligencia artificial para reconocer edificios escolares a partir de los datos de Copernicus Sentinel-2, y solo en Brasil pudimos identificar 65.000 escuelas que estaban ubicadas incorrectamente en la base de datos de UNICEF.
El ámbito de la predicción también está adquiriendo cada vez más importancia. En otra iniciativa importante con UNICEF, nuestros modelos de IA de datos climáticos pudieron pronosticar brotes de dengue con un mes de anticipación.