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Los primeros agujeros negros que aparecieron en el universo pueden haberse formado a partir del colapso directo del gas. Cuando colapsaron liberaron una inundación de radiación, incluidas las ondas de radio. Un nuevo estudio ha descubierto que la próxima generación de radiotelescopios masivos puede detectar estas explosiones, dando valiosos conocimientos sobre una época crítica en la historia del universo.
Los astrónomos han identificado agujeros negros supermasivos que se remontan casi al comienzo del universo, cuando tenía menos de 700 millones de años. Las rutas habituales de formación de agujeros negros (a través de la muerte de estrellas masivas, seguido de atiborrarse de material circundante) tienen problemas para producir agujeros negros gigantes tan temprano en la historia del universo.
Una forma de construir agujeros negros gigantes es hacer que simplemente ... aparezcan. Si una nube de gas lo suficientemente grande (digamos, 1 millón de veces la masa del sol) puede colapsar lo suficientemente rápido, entonces las estrellas no tendrán tiempo de formarse y la nube formará directamente un agujero negro gigante.
Esta es una hipótesis, y es necesario poner a prueba las hipótesis. Seguramente un evento tan trascendental liberaría una enorme cantidad de radiación electromagnética, algunos de los cuales pueden ser detectados por el telescopio espacial James Webb, el telescopio romano Nancy Grace, y Euclides. Pero esas detecciones serían muy tenues, incluso en el mejor de los casos (es decir, emisión extremadamente brillante durante el proceso de colapso).
Sin embargo, En un estudio reciente, un equipo de astrónomos encontró una vía más alentadora para observar el potencial colapso directo de los agujeros negros gigantes:las ondas de radio.
Cuando los agujeros negros colapsan por primera vez, forman discos de acreción a su alrededor a medida que el material se arremolina hacia adentro. Esos discos de acreción encienden cantidades increíbles de emisiones de radio. Es a través de esta emisión de radio que los astrónomos observaron por primera vez agujeros negros gigantes, conocido como cuásares. Este mismo proceso se desarrollaría en el universo temprano, y dado que tiene tanto poder, podría ser detectable en la actualidad.
Los investigadores encontraron que la próxima matriz de kilómetros cuadrados, un conjunto de telescopios masivos repartidos por Sudáfrica y Australia Occidental, sería capaz de detectar este tipo de emisión, ojalá resuelva este misterio crítico del pasado profundo.