Las erupciones solares ocurren cuando las partículas cargadas en el plasma del sol entran en erupción en el espacio, viajando a una velocidad enorme. Estas bengalas pueden aumentar el efecto del viento solar, la fuerza de las partículas que fluyen constantemente del sol a través del sistema solar, o pueden causar una eyección de masa coronal, una ráfaga masiva de partículas cargadas y campos magnéticos. Si una llamarada solar golpea a la Tierra, puede causar una serie de efectos diferentes.
Interrupción eléctrica
Uno de los peligros más importantes de una llamarada solar es la interrupción eléctrica generalizada. Cuando las partículas golpean la magnetosfera de la Tierra, pueden producir una carga eléctrica, una lo suficientemente fuerte como para llegar a la superficie del planeta. Cuando estas corrientes cargadas encuentran redes eléctricas, pueden causar una serie de problemas. El 12 de marzo de 1989, una llamarada solar particularmente fuerte golpeó América del Norte y sobrepasó la red eléctrica de la provincia canadiense de Quebec. A las 2:44 de la mañana siguiente, se produjo una serie de fallas en cascada en el sistema eléctrico, lo que provocó un apagón en toda la provincia que duró 12 horas.
Interrupción de transmisión
Las erupciones solares también pueden interrumpir sistemas de comunicación. Las tormentas geomagnéticas causadas por una llamarada que golpea la Tierra producen interferencia eléctrica en la atmósfera, afectando la radio y otros sistemas de comunicación de difusión. Dependiendo de la intensidad de la llamarada, esto puede variar desde una leve interferencia estática hasta un bloqueo total de las comunicaciones durante la tormenta. Las comunicaciones de onda corta en particular son vulnerables a las interrupciones, ya que aprovechan las condiciones eléctricas en la atmósfera de la Tierra para hacer rebotar señales a través de grandes distancias.
Muestra Atmosférica
Cerca de los polos, la aurora boreal y aurora australis produce espectáculos de cielo vívidos y coloridos en la noche. Estos efectos son el resultado de partículas excitadas que interactúan en lo alto de la atmósfera de la Tierra. Las partículas cargadas adicionales de una llamarada solar pueden aumentar drásticamente el efecto de estas luces en el cielo, extendiendo su alcance y aumentando su intensidad. Durante la tormenta de marzo de 1989, la aurora boreal, normalmente restringida a Canadá y Alaska, era visible tan al sur como Florida.
Peligros orbitales
Mientras que la atmósfera de la Tierra proporciona protección contra la radiación solar Las bengalas y mitiga algunos de sus efectos eléctricos, las personas y los objetos en órbita tienen considerablemente menos protección. La Estación Espacial Internacional vuela en una órbita lo suficientemente baja como para que la mayoría de los efectos de las erupciones solares se mitiguen, pero los satélites en órbita geosincrónica alta pueden verse afectados por las erupciones. Los satélites modernos contienen protección contra las interrupciones eléctricas, como las jaulas de Faraday incorporadas, pero las bengalas pueden bloquear las señales hacia y desde los satélites y en algunos casos raros los pueden cerrar por completo. Esto puede provocar interrupciones en la comunicación en la Tierra, el cierre de los enlaces telefónicos internacionales y los canales de televisión por satélite.