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    ¿Qué hace que un esqueleto se mueva?

    El esqueleto es el marco rígido que confiere al cuerpo su forma general, pero por sí solo no puede moverse. Lo que hace que un esqueleto se mueva es la contracción y relajación de los músculos conectados a él por los tendones. El músculo esquelético está estriado, lo que significa que consiste en largas fibras cilíndricas agrupadas una al lado de la otra. Muchas fibras conforman un solo músculo, y lo que comúnmente se considera un solo músculo es en realidad varios músculos que trabajan juntos como grupo.

    Mueve el esqueleto

    Los músculos esqueléticos conforman aproximadamente la mitad de peso corporal normal. Cada articulación entre dos huesos tiene músculos que se extienden y se conectan a cada hueso. Estos músculos esqueléticos vienen en pares como, por ejemplo, el bíceps y el tríceps del brazo. Cuando el bíceps se contrae, los dos huesos principales se bifurcan en el movimiento del codo para que la mano se acerque al hombro. Al mismo tiempo, el tríceps se relaja y alarga, permitiendo el movimiento. Para invertir la dirección y enderezar el brazo, el tríceps se contrae y el bíceps se relaja.

    Los músculos esqueléticos están conectados a los huesos por filamentos fibrosos resistentes llamados tendones. Estos tendones son capaces de resistir la tensión ejercida sobre ellos cuando los músculos se contraen y de transferir la energía a los huesos. El tendón de Aquiles es uno de los más grandes y conocidos, conectando el talón con los músculos de la pantorrilla en la pierna.

    Cómo se mueve el músculo

    Aunque los músculos son el medio por el cual se mueve un esqueleto, el origen del movimiento está en el cerebro, que está conectado a todas las partes del cuerpo a través del sistema nervioso. Los nervios son como pequeños cables eléctricos capaces de entregar una carga eléctrica.

    Los músculos, como se explicó, tienen una función binaria: están tensados ​​o relajados. La estimulación eléctrica del cerebro a lo largo de los nervios hace que las fibras individuales de los músculos esqueléticos se acorten, haciendo que todo el músculo se contraiga. Más precisamente, el neurotransmisor acetilcolina desencadena una reacción química dentro de los grupos de células musculares que induce la contracción. Cuantas más células musculares reclutadas para contraer, más fuerte es la fuerza generada. La contracción de los músculos opuestos tira del músculo contraído a su forma original. Los músculos esqueléticos, a diferencia de los tipos de músculos cardiacos y otros, generalmente se mueven voluntariamente, aunque pueden moverse involuntariamente como reflejo.

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