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    El aprendizaje automático produce un gran avance en el estudio de los viveros estelares

    Emisión de monóxido de carbono en la nube molecular Orion B Crédito:J. Pety / ORION-B Collaboration / IRAM

    La inteligencia artificial puede hacer posible ver fenómenos astrofísicos que antes estaban fuera de su alcance. Esto ha sido demostrado ahora por científicos del CNRS, IRAM, Observatoire de Paris-PSL, Ecole Centrale Marseille y Ecole Centrale Lille, trabajando juntos en el programa ORION-B. En una serie de tres artículos publicados en Astronomía y Astrofísica el 19 de noviembre de 2020, presentan las observaciones más completas realizadas hasta ahora en una de las regiones de formación de estrellas más cercanas a la Tierra.

    Las nubes de gas en las que nacen y evolucionan las estrellas son vastas regiones que son extremadamente ricas en materia. y por tanto en los procesos físicos. Todos estos procesos están entrelazados en diferentes tamaños y escalas de tiempo, lo que hace que sea casi imposible comprender completamente estos viveros estelares. Sin embargo, Los científicos del programa ORION-B han demostrado ahora que las estadísticas y la inteligencia artificial pueden ayudar a derribar las barreras que aún se interponen en el camino de los astrofísicos.

    Con el objetivo de proporcionar el análisis más detallado hasta ahora de la nube molecular de Orión, una de las regiones de formación de estrellas más cercanas a la Tierra, El equipo de ORION-B incluyó en sus filas a científicos especializados en procesamiento masivo de datos. Esto les permitió desarrollar métodos novedosos basados ​​en el aprendizaje estadístico y el aprendizaje automático para estudiar las observaciones de la nube realizadas a 240 000 frecuencias de luz.

    Basado en algoritmos de inteligencia artificial, estas herramientas permiten recuperar nueva información de una gran masa de datos como la utilizada en el proyecto ORION-B. Esto permitió a los científicos descubrir un cierto número de características que gobiernan la nube molecular de Orión.

    Por ejemplo, pudieron descubrir las relaciones entre la luz emitida por ciertas moléculas y la información que antes era inaccesible, a saber, la cantidad de hidrógeno y de electrones libres en la nube, que pudieron estimar a partir de sus cálculos sin observarlos directamente. Analizando todos los datos disponibles para ellos, el equipo de investigación también pudo determinar formas de mejorar aún más sus observaciones al eliminar una cierta cantidad de información no deseada.

    Los equipos de ORION-B ahora quieren poner a prueba este trabajo teórico, aplicando las estimaciones y recomendaciones obtenidas y verificándolas en condiciones reales. Otro gran desafío teórico será extraer información sobre la velocidad de las moléculas, y por lo tanto visualizar el movimiento de la materia para ver cómo se mueve dentro de la nube.


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