Las nanopartículas son partículas diminutas que tienen aproximadamente una millonésima parte del tamaño de un cabello humano. Se pueden encontrar en el aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra que comemos. Algunas nanopartículas se producen de forma natural, mientras que otras son creadas por el hombre.
Las nanopartículas artificiales se utilizan en una variedad de productos, incluidos cosméticos, protectores solares y aditivos alimentarios. También se utilizan en procesos industriales, como soldadura y metalurgia.
Las nanopartículas pueden ingresar al cuerpo a través de los pulmones, la piel o el tracto gastrointestinal. Una vez dentro del cuerpo, pueden viajar a diferentes órganos y tejidos.
Los efectos de las nanopartículas sobre la salud aún se están estudiando. Algunos estudios han demostrado que las nanopartículas pueden provocar inflamación y daño a las células. Otros estudios han demostrado que las nanopartículas pueden cruzar la barrera hematoencefálica y entrar al cerebro.
La contaminación del aire es una fuente importante de nanopartículas. Muchos contaminantes del aire diferentes, como los gases de escape de diésel, el humo de los cigarrillos y las emisiones industriales, contienen nanopartículas.
La exposición a la contaminación del aire puede aumentar el riesgo de una variedad de problemas de salud, que incluyen:
* Cáncer de pulmón
* Cardiopatía
* Ataque
* Asma
* Bronquitis
* Neumonía
* Diabetes
* Obesidad
* Defectos de nacimiento
* Bajo peso al nacer