1. Preparación del sustrato:
- Se elige un sustrato adecuado, normalmente un sustrato monocristalino como zafiro (Al2O3) o una superficie metálica.
- El sustrato se limpia y prepara para asegurar una superficie limpia y uniforme para el crecimiento de la película fina.
2. Preparación de fuente orgánica:
- Las moléculas orgánicas que formarán la película delgada magnética se purifican y se colocan en un crisol calentado o en una fuente de evaporación.
- Se controla la temperatura de la fuente para lograr la presión de vapor deseada de las moléculas orgánicas.
3. Formación de haces moleculares:
- Las moléculas orgánicas de la fuente se evaporan o subliman térmicamente para crear un haz molecular.
- El haz molecular está formado por moléculas orgánicas en fase gaseosa.
4. Deposición:
- El haz molecular se dirige hacia el sustrato, donde las moléculas se condensan y forman una fina película.
- La velocidad de deposición y el espesor de la película se controlan cuidadosamente mediante el seguimiento del flujo del haz molecular.
5. Cristalización:
- Durante la deposición, las moléculas orgánicas se autoensamblan y cristalizan en la superficie del sustrato.
- Las condiciones de crecimiento, como la velocidad de deposición y la temperatura del sustrato, se optimizan para promover la formación de cristales bien ordenados.
6. Post-Tratamiento:
- Después de la deposición, la película delgada puede someterse a tratamientos adicionales, como recocido o enfriamiento, para mejorar aún más la estructura cristalina y las propiedades magnéticas.
Al controlar cuidadosamente los parámetros de deposición, como el flujo molecular, la temperatura del sustrato y las condiciones de crecimiento, es posible obtener películas delgadas de imanes orgánicos de alta calidad con las propiedades magnéticas y el orden estructural deseados. Este proceso permite a los investigadores estudiar y optimizar las propiedades de los imanes orgánicos para diversas aplicaciones, incluida la espintrónica, los sensores magnéticos y la electrónica orgánica.