El estándar de resistencia Hall cuántica utiliza mesetas definidas con precisión en la resistencia Hall de un gas de electrones bidimensional sometido a fuertes campos magnéticos. Proporciona un valor de resistencia extremadamente estable y cuantificado basado en constantes fundamentales, como la carga elemental y la constante de von Klitzing. Este estándar ha logrado una precisión notable, con incertidumbres que alcanzan partes por mil millones, lo que lo convierte en el estándar de resistencia más preciso disponible.
Por el contrario, los estándares de resistencia basados en grafeno aún enfrentan varios desafíos en términos de precisión, reproducibilidad y estabilidad a largo plazo. Si bien el grafeno tiene una alta movilidad de portadores y puede exhibir el efecto Hall cuántico, la presencia de defectos, impurezas y variaciones en la calidad de la muestra pueden afectar la precisión de la cuantificación. Además, lograr los elevados campos magnéticos necesarios para el efecto Hall cuántico puede ser técnicamente exigente y puede introducir incertidumbres adicionales.
Por lo tanto, si bien el grafeno es un material apasionante con un gran potencial, actualmente no se considera el mejor estándar de resistencia cuántica. El efecto Hall cuántico en heteroestructuras de semiconductores de alta calidad sigue siendo el estándar de oro para la metrología de resistencia cuántica.