Penetración directa: Los nanotubos pueden perforar físicamente la membrana celular e ingresar directamente a la célula. Es probable que este mecanismo ocurra cuando los nanotubos son afilados y tienen un diámetro pequeño, lo que les permite atravesar la membrana celular con una resistencia mínima.
Envoltura de membrana: En algunos casos, en lugar de perforar la membrana celular, los nanotubos pueden enredarse con la membrana y eventualmente ser engullidos por la célula mediante un proceso llamado fagocitosis. En la fagocitosis, la membrana celular se extiende alrededor de la partícula extraña, formando una vesícula que encierra la partícula y la introduce en la célula.
Adsorción y endocitosis: Las células también pueden absorber los nanotubos mediante un proceso llamado endocitosis. En la endocitosis, la membrana celular se invagina para formar una bolsa que rodea el nanotubo. Luego, la bolsa se desprende de la membrana celular, creando una vesícula que contiene el nanotubo. Dependiendo del tipo de endocitosis se forman diferentes tipos de vesículas, como fosas recubiertas de clatrina, caveolas o macropinosomas.
Transporte mediado por transportistas: Los nanotubos también pueden ser transportados al interior de las células mediante proteínas transportadoras específicas o receptores presentes en la membrana celular. Estas proteínas transportadoras o receptores reconocen y se unen a moléculas o ligandos específicos en la superficie de los nanotubos. Una vez unidos, los nanotubos se internalizan en la célula junto con la proteína transportadora o el receptor.
El mecanismo de entrada de los nanotubos en las células puede variar dependiendo de factores como el tamaño, la forma, las propiedades de la superficie y la funcionalización de los nanotubos, así como del tipo de célula y las condiciones ambientales. Se necesita más investigación para comprender completamente los mecanismos de absorción celular de los nanotubos y explotar estos mecanismos para diversas aplicaciones biomédicas.