Este descubrimiento podría conducir al desarrollo de fármacos dirigidos a Nsp1 e impedir que el virus se replique. Estos medicamentos podrían usarse potencialmente para tratar el COVID-19 y otros coronavirus.
"Este es un hallazgo significativo que podría tener un impacto importante en el desarrollo de nuevos tratamientos para la COVID-19", afirmó el líder del estudio, el Dr. Paul Bieniasz, virólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. "Al comprender cómo se replica el virus, podemos diseñar medicamentos que se dirijan a pasos específicos del proceso y eviten su propagación".
El virus COVID-19, conocido oficialmente como SARS-CoV-2, es un miembro de la familia de los coronavirus. Los coronavirus son virus envueltos, lo que significa que tienen una membrana bicapa lipídica que rodea su material genético. Esta membrana ayuda al virus a evadir el sistema inmunológico e infectar las células.
Para replicarse, los coronavirus primero deben ingresar a una célula huésped. Lo hacen uniéndose a receptores específicos en la superficie de la célula. Una vez dentro de la célula, el virus se desnuda y libera su material genético en el citoplasma.
El material genético de los coronavirus está compuesto de ARN. El ARN es una molécula monocatenaria que se transcribe en ADN antes de que pueda traducirse en proteínas. Los coronavirus codifican una serie de proteínas que son esenciales para su replicación, incluida la Nsp1.
Los científicos descubrieron que Nsp1 desempeña un papel fundamental en la replicación del SARS-CoV-2. Nsp1 se une a una proteína celular llamada ANKRD31 y la recluta en el sitio de replicación viral. Luego, ANKRD31 forma un escudo alrededor del virus, protegiéndolo del sistema inmunológico.
"Nsp1 es un maestro manipulador del entorno celular", dijo Bieniasz. "Secuestra una proteína celular y la utiliza para crear un escudo protector a su alrededor. Esto permite que el virus se replique sin ser detectado por el sistema inmunológico".
El descubrimiento del papel de Nsp1 en la replicación viral podría conducir al desarrollo de nuevos fármacos dirigidos a esta proteína. Estos medicamentos podrían usarse potencialmente para tratar el COVID-19 y otros coronavirus.