Nanoestructuras (imágenes de color verde amarillento; barra de escala, 5 μm) se modelaron sobre películas secas de jarabe de maíz, produciendo comestibles, hologramas de colores del arco iris (barra de escala, 2 mm). Crédito:Adaptado de ACS Nano 2021, DOI:10.1021 / acsnano.0c02438
Los hologramas están en todas partes desde licencias de conducir hasta tarjetas de crédito y empaques de productos. Y ahora, Los hologramas comestibles algún día podrían mejorar los alimentos. Investigadores que informan en ACS Nano han desarrollado un método basado en láser para imprimir hologramas nanoestructurados en películas secas de jarabe de maíz. Los hologramas comestibles también podrían usarse para garantizar la seguridad alimentaria, etiquetar un producto o indicar el contenido de azúcar, dicen los investigadores.
La mayoría de los hologramas están impresos con láser en superficies metálicas, como el aluminio, pero los materiales no son comestibles. Para alimentos, se han propuesto hologramas hechos con nanopartículas, pero las diminutas partículas pueden generar especies reactivas de oxígeno, que puede ser perjudicial para la alimentación de las personas. En un enfoque diferente, los científicos de alimentos han moldeado hologramas comestibles en chocolate, pero el proceso solo funciona para ciertos tipos de dulces, y se necesita un molde diferente para cada diseño de holograma. Bader AlQattan, Haider Butt y sus colegas querían encontrar una caja fuerte, Manera rápida y versátil de modelar hologramas comestibles en una variedad de alimentos.
Para desarrollar su método, los investigadores hicieron una solución de jarabe de maíz, vainilla y agua y se secó en una película delgada. Cubrieron la película con una fina capa de tinte negro no tóxico. Luego, utilizaron una técnica llamada patrón de interferencia de láser directo para grabar la mayor parte del tinte, dejando atrás levantado, líneas a nanoescala que formaban una rejilla de difracción. Cuando es golpeado por la luz, la nanoestructura difractaba la luz en un patrón de arco iris, con diferentes colores que aparecen en diferentes ángulos de visión. El equipo pudo controlar la intensidad y la gama de colores variando el espacio entre las líneas en la rejilla o el contenido de azúcar de la película de jarabe de maíz.
Antes de que los hologramas comestibles estén listos para llegar a los estantes de las tiendas, sin embargo, los investigadores quieren adaptar el método a un tinte de grado alimenticio que podría reemplazar el tinte negro sintético utilizado en estos experimentos piloto.