Los coloides son mezclas complejas en las que las partículas microscópicas de una sustancia se suspenden uniformemente en otra. Pueden prepararse de muchas formas diferentes, pero para lograr propiedades deseables en la mezcla final, los investigadores deben mantener un delicado control sobre las interacciones que tienen lugar entre las partículas. En una nueva investigación publicada en La Revista Física Europea E , un equipo dirigido por Remco Tuinier en la Universidad Tecnológica de Eindhoven en los Países Bajos demuestra este nivel de control para un tipo de coloide en el que las partículas suspendidas toman la forma de huecos, cubos a nanoescala:un caso que solo se ha explorado previamente a través de cálculos teóricos.
Tales variedades de coloide funcional pueden ser útiles en una variedad de tecnologías, incluidos los materiales que manipulan los caminos de la luz que viajan a través de ellos, así como sensores de luz de alta sensibilidad. Sus intrincados requisitos de preparación se pueden lograr agregando polímeros que no se adhieran a las micropartículas, creando zonas de menor densidad a su alrededor. Cuando estas zonas se superponen, las partículas se atraen entre sí de formas características. Este comportamiento se puede ajustar con precisión mediante tres técnicas diferentes:adición de moléculas de polímero en diferentes concentraciones; variando la diferencia de tamaño entre partículas y moléculas de polímero; y cambiar las formas de las partículas.
Para nanocubos huecos de sílice suspendidos en una solución que contiene moléculas de poliestireno, El equipo de Tuinier midió cómo la dispersión de la luz que pasa a través de la mezcla se ve afectada por la concentración del polímero. Junto con las observaciones visuales, esto les permitió evaluar la estabilidad de la mezcla. En total, encontraron que sus resultados experimentales concordaban notablemente bien con cálculos teóricos previos. Sus conclusiones proporcionan nuevos conocimientos sobre la diversa física de las mezclas coloidales, y pronto podría permitir nuevos avances en tecnologías que detectan y manipulan el flujo de luz.