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  • El equipo de investigación produce nuevas nanohojas para imágenes de infrarrojo cercano

    Azul egipcio:los investigadores obtuvieron las nanohojas de este polvo. Crédito:Universidad de Goettingen

    El azul egipcio es uno de los pigmentos de color artificiales más antiguos. Adorna, por ejemplo, la corona del mundialmente famoso busto de Nefertiti. Pero el pigmento puede hacer aún más. Un equipo de investigación internacional dirigido por el Dr. Sebastian Kruss del Instituto de Química Física de la Universidad de Göttingen ha producido un nuevo nanomaterial basado en el pigmento azul egipcio, que es ideal para aplicaciones en imágenes usando espectroscopía y microscopía de infrarrojo cercano. Los resultados se han publicado en la revista Comunicaciones de la naturaleza .

    La microscopía y las imágenes ópticas son herramientas importantes en la investigación básica y la biomedicina. Usan sustancias que pueden liberar luz cuando se excitan. Conocidos como "fluoróforos", estas sustancias se utilizan para teñir estructuras muy pequeñas en muestras, permitiendo una resolución clara utilizando microscopios modernos. La mayoría de los fluoróforos brillan en el rango de luz visible para los humanos. Al utilizar luz en el espectro del infrarrojo cercano, con una longitud de onda a partir de 800 nanómetros, la luz penetra aún más profundamente en los tejidos y hay menos distorsiones en la imagen. Hasta aquí, sin embargo, sólo se conocen unos pocos fluoróforos que funcionan en el espectro del infrarrojo cercano.

    El equipo de investigación ahora ha logrado exfoliar capas extremadamente delgadas de granos de silicato de calcio y cobre, también conocido como azul egipcio. Estas nanohojas son 100, 000 veces más delgado que un cabello humano y fluorescen en el rango del infrarrojo cercano. "Pudimos demostrar que incluso las nanohojas más pequeñas son extremadamente estables, brilla intensamente y no blanquea, "dice el Dr. Sebastian Kruss, "haciéndolos ideales para imágenes ópticas".

    Los científicos probaron su idea de microscopía en animales y plantas. Por ejemplo, siguieron el movimiento de nanohojas individuales para visualizar los procesos mecánicos y la estructura del tejido alrededor de los núcleos celulares de la mosca de la fruta. Además, integraron las nanohojas en plantas y pudieron identificarlas incluso sin un microscopio, que promete futuras aplicaciones en la industria agrícola. "El potencial de microscopía de última generación de este material significa que se pueden esperar nuevos hallazgos en la investigación biomédica en el futuro, "dice Kruss.

    Imagen de infrarrojo cercano de nanohojas tomadas de una planta. Crédito:Universidad de Goettingen




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