(Phys.org) - Investigadores de la Universidad de Southampton en el Reino Unido han ideado un medio para usar nanopartículas para hacer que la angiogénesis (el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos) se acelere o desacelere. En su artículo publicado en ACS Nano , los investigadores describen cómo recubrieron nanopartículas de oro con péptidos para permitir alterar la velocidad a la que se desarrollan nuevos vasos sanguíneos en lugares específicos del cuerpo.
El desarrollo de nuevos vasos sanguíneos es fundamental mientras las heridas se curan. También es importante para ayudar a las personas a recuperarse de accidentes o que tienen tejidos dañados por una enfermedad. Acelerar la angiogénesis puede ayudar a acelerar los tiempos de recuperación. A veces, sin embargo, la angiogénesis puede progresar de forma incorrecta, lo que da como resultado el crecimiento de tumores. En estos casos, A los médicos les gustaría ralentizar o detener el proceso de angiogénesis. En este nuevo esfuerzo, el equipo de investigación ha encontrado una nueva forma de lograr ambos objetivos con una nueva opción de tratamiento.
La nueva técnica gira en torno al uso de nanopartículas, objetos muy pequeños que generalmente no se encuentran en la naturaleza. En este caso, las partículas creadas estaban hechas de oro. Debido a que las nanopartículas pueden moverse fácilmente dentro del cuerpo, el pensamiento era que las nanopartículas podrían usarse para administrar medicamentos a áreas específicas del cuerpo donde se necesitan. En este caso, los fármacos eran péptidos que se ha demostrado que aceleran la angiogénesis cuando es apropiado y ralentizan el proceso cuando se han desarrollado tumores. La capacidad de administrar el medicamento solo en las áreas donde se necesita reduce los efectos secundarios.
Para que ocurra la angiogénesis, Las células endoteliales deben activarse por la presencia de ciertas moléculas que interactúan con las células receptoras. Tiempo extraordinario, Los investigadores han desarrollado varios fármacos para estimular o reprimir la angiogénesis activando las células receptoras o bloqueándolas. Estos medicamentos solo han sido útiles durante un período breve, sin embargo, y la mayoría de las veces vienen con efectos secundarios no deseados. En este nuevo esfuerzo, el equipo usó nanopartículas para transportar y administrar dichos medicamentos solo a las partes del cuerpo que los necesitaban. Descubrieron que podían apuntar a células receptoras específicas que permiten enfocarse en diferentes enfermedades. Específicamente, desarrollaron tres tipos de péptidos para la administración a través de nanopartículas:los que se unen y promueven el crecimiento en cascada de los vasos sanguíneos, los que impiden que las células receptoras reciban señales, y los que sirven de control y no hacen nada. Informan que tuvieron éxito en administrar los tres tipos a las áreas objetivo y que al hacerlo causaron los cambios esperados en las tasas de angiogénesis.
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