La corona solar es la capa más externa de la atmósfera del Sol y se extiende desde el borde de la cromosfera hasta el límite con el viento solar. Está compuesto de plasma enrarecido extremadamente caliente y emite luz principalmente en longitudes de onda de rayos X y ultravioleta extremo (EUV) debido a su alta temperatura.
La temperatura en la corona solar es excepcionalmente alta, alcanzando a menudo varios millones de grados Kelvin. Esto es mucho más caliente en comparación con la superficie del Sol, conocida como fotosfera, que tiene una temperatura de aproximadamente 5.778 Kelvin (5.505 grados Celsius o 9.941 grados Fahrenheit).
Si bien la fotosfera es la superficie visible del Sol que emite la mayor parte de la luz visible que vemos, la densidad extremadamente baja de la corona hace que sea difícil observarla en longitudes de onda visibles. Por lo tanto, se necesitan telescopios e instrumentos especializados para estudiar la corona solar, lo que a menudo implica observaciones en rayos X, EUV y longitudes de onda de radio.
Comparación con otras partes del Sol:
La corona solar es significativamente más caliente que otras capas de la atmósfera del Sol. A continuación se muestran los rangos de temperatura aproximados para diferentes regiones:
- Fotosfera:4.500 a 5.800 K
- Cromosfera:4.500 a 50.000 K
- Región de transición:50.000 a 200.000 K
- Corona solar:de 1 a varios millones de K
A medida que uno se aleja de la superficie del Sol y se adentra en capas atmosféricas superiores, la temperatura aumenta inicialmente en la cromosfera y la región de transición debido a varios procesos de calentamiento. Sin embargo, el motivo de las temperaturas extremadamente altas en la corona sigue siendo objeto de investigaciones y estudios científicos en curso.
Los mecanismos exactos que hacen que la corona solar alcance temperaturas tan altas no se comprenden completamente y los científicos están estudiando activamente este tema. Los modelos y teorías sugieren varios mecanismos de calentamiento, incluida la reconexión magnética, las ondas de Alfvén y otros fenómenos ondulatorios, que podrían transferir energía y calentar el plasma coronal.
Comprender la distribución de la temperatura y los mecanismos de calentamiento en la corona solar es crucial para desentrañar la compleja dinámica del Sol, predecir eventos climáticos espaciales y estudiar el comportamiento de las estrellas en general.