Clima cálido: Cuando el sol brilla con fuerza durante un período prolongado de tiempo, puede provocar que la temperatura suba mucho. Esto puede provocar olas de calor y otras formas de clima extremo.
Sequías: Cuando el sol brilla intensamente y no llueve, el suelo puede secarse y agrietarse. Esto puede provocar sequías y escasez de agua.
Incendios forestales: Cuando el sol brilla intensamente y el aire está seco, se pueden crear condiciones ideales para los incendios forestales. Estos incendios pueden propagarse rápidamente y causar grandes daños.
Tormentas: Cuando el sol calienta el aire, puede provocar que éste se eleve y forme nubes. Estas nubes pueden producir lluvia, nieve, granizo o tormentas eléctricas.
Huracanes: Cuando el sol calienta el agua del océano, puede crear condiciones ideales para la formación de huracanes. Estas tormentas pueden provocar fuertes vientos, fuertes lluvias e inundaciones.