El cráneo muestra evidencia de un gran tumor canceroso que había invadido el hueso. Se había extirpado el tumor y se había raspado el hueso alrededor del sitio del tumor. Esto sugiere que los antiguos egipcios eran conscientes de la necesidad de extirpar el tejido canceroso para tratar la enfermedad.
Además, el cráneo muestra evidencia de otros procedimientos médicos, incluida una trepanación (un agujero perforado en el cráneo) y una fusión espinal. Estos procedimientos sugieren que los antiguos egipcios tenían un conocimiento sofisticado de anatomía y cirugía.
El descubrimiento de este cráneo proporciona nuevos conocimientos sobre el conocimiento médico de los antiguos egipcios. Demuestra que eran capaces de realizar procedimientos quirúrgicos complejos y que tenían un buen conocimiento de las causas y el tratamiento del cáncer.
El cráneo se exhibe actualmente en el Museo Egipcio de El Cairo.