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  • ¿Qué tan bajo puede llegar? El Sol se hunde en el mínimo solar más silencioso en un siglo
    El Sol parece estar entrando en una de las fases más tranquilas de su ciclo de 11 años, conocida como mínimo solar. Las observaciones del Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA y otros telescopios solares revelan una disminución significativa de la actividad solar, incluidas manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal (CME). Se espera que este período de inactividad solar dure hasta el próximo máximo solar, que se prevé que ocurra a mediados de 2025.

    Los mínimos solares están marcados por un número reducido de manchas solares, que son áreas oscuras en la superficie del Sol que indican una fuerte actividad magnética. El mínimo solar actual, denominado Ciclo Solar 25, parece ser excepcionalmente tranquilo, con el menor número de manchas solares observado en más de un siglo. El Sol ha permanecido casi impecable durante períodos prolongados a lo largo de 2019 y 2020, lo que lleva a algunos científicos a creer que este podría ser el mínimo solar más silencioso desde el Mínimo de Maunder en el siglo XVII.

    El Mínimo de Maunder fue un período prolongado de mínima actividad solar que coincidió con un período inusualmente frío en la Tierra conocido como la Pequeña Edad del Hielo. Si bien los científicos no esperan que el mínimo solar actual tenga un impacto similar en el clima de la Tierra, puede influir en el clima espacial y las operaciones de los satélites. Menos manchas solares y menor radiación de la corona solar conducen a un entorno espacial más tranquilo, lo que reduce la aparición de tormentas geomagnéticas que pueden alterar las redes eléctricas, los sistemas de comunicación y la navegación por satélite.

    A pesar del bajo número de manchas solares, la investigación actual sobre este mínimo solar extendido podría ayudar a comprender los períodos pasados ​​de actividad mínima de manchas solares y proporcionar información sobre el cambio climático de la Tierra a través del tiempo. El monitoreo continuo de la actividad del Sol sigue siendo fundamental para mejorar nuestra capacidad de pronosticar y mitigar los efectos del clima espacial en los satélites y la electrónica y comprender mejor los cambios a largo plazo en el comportamiento del Sol.

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