Una de las pruebas más importantes del transporte de material en el Sistema Solar temprano proviene del estudio de las condritas, que son el tipo más común de meteorito. Las condritas contienen objetos pequeños y redondos llamados cóndrulos, que se cree que se formaron mediante la fusión y el rápido enfriamiento de partículas de polvo en el Sistema Solar temprano. La presencia de cóndrulos en los meteoritos indica que el material estaba siendo calentado y transportado de una región a otra, y que este proceso se produjo a gran escala.
Otra línea de evidencia del transporte de material en el Sistema Solar temprano proviene del estudio de las inclusiones, que son objetos pequeños y ricos en minerales que se encuentran dentro de algunos meteoritos. Se cree que las inclusiones son fragmentos de los primeros sólidos que se formaron en el Sistema Solar, y su composición y estructura pueden proporcionar información sobre las condiciones y procesos que ocurrieron durante las primeras etapas de la formación planetaria.
Los meteoritos también contienen evidencia de impactos y colisiones a gran escala que ocurrieron en el Sistema Solar temprano. Estos impactos habrían expulsado material de una región a otra, contribuyendo aún más al transporte de material.
En resumen, los meteoritos proporcionan evidencia valiosa del transporte de material en el Sistema Solar temprano. Al estudiar la composición y estructura de los meteoritos, los científicos pueden aprender sobre las condiciones y procesos que ocurrieron en los primeros días de la formación del Sistema Solar y cómo han dado forma a la evolución de nuestro sistema planetario.