* Escala: Los átomos y las moléculas son increíblemente pequeños. Tus dedos están hechos de miles de millones de átomos, e incluso si de alguna manera pudieras tocar los átomos individuales, la fuerza que ejerces no sería suficiente para superar las fuerzas que los mantienen unidos en su estado actual.
* Transferencia de energía: Cambiar el estado de la materia requiere energía. Para derretir el hielo (sólido al líquido), debe agregar energía térmica. Para hervir agua (líquido a gas), debe agregar aún más energía. Tocar una partícula con el dedo no transfiere suficiente energía para causar un cambio significativo en el estado.
* Efectos cuánticos: A nivel atómico, las reglas de la física clásica se descomponen. Los átomos y las moléculas interactúan de manera que se rigen por la mecánica cuántica. Simplemente tocar una partícula no necesariamente tendría el efecto deseado.
Cómo cambiamos los estados de la materia:
* Calefacción: Agregar energía térmica aumenta la energía cinética de las partículas, haciendo que se muevan más rápido y se separen de sus posiciones fijas (sólido a líquido, líquido a gas).
* enfriamiento: La eliminación de la energía térmica ralentiza las partículas, permitiéndoles formar enlaces más fuertes y volverse más organizados (gas a líquido, líquido a sólido).
* Presión: El aumento de la presión puede forzar las partículas más juntas, lo que lleva a un cambio en el estado (gas a líquido).
En conclusión:
Si bien es un experimento mental fascinante, cambiar el estado de la materia al tocar partículas es imposible con nuestra comprensión actual de la física y las limitaciones de nuestras capacidades físicas.