1. ondas de luz: Las ondas de luz son un ejemplo clásico de ondas transversales. Consisten en campos eléctricos y magnéticos oscilantes que son perpendiculares a la dirección que viaja la onda. Esta es la razón por la cual la luz puede ser polarizada, ya que las oscilaciones pueden alinearse en una dirección específica. Puedes ver esto con gafas de sol polarizadas, que bloquean las ondas de luz oscilando en cierta dirección.
2. ondas en una cadena: Imagina sacudir una cuerda hacia arriba y hacia abajo. La onda que creas viaja a lo largo de la cuerda, pero la cuerda en sí solo se mueve hacia arriba y hacia abajo (perpendicular a la dirección de la ola). Esta es una onda transversal porque el movimiento del medio (la cuerda) es perpendicular a la dirección de la propagación de la onda.
3. ondas sísmicas: Estas olas son uno de los tipos de olas producidas por terremotos. Las ondas S son ondas de corte, lo que significa que hacen que las partículas en la tierra se muevan perpendiculares a la dirección que viaja la onda. Son responsables del movimiento de agitación que sientes durante un terremoto. Las ondas S no pueden viajar a través de líquidos o gases, por lo que no se detectan en el otro lado de la tierra.