Albert Einstein no funcionó en ninguna profesión específica antes de convertirse en físico. Después de graduarse de la escuela secundaria en Suiza, luchó por encontrar un puesto e inicialmente trabajó como un maestro sustituto
en una escuela privada. Más tarde, trabajó como un empleado de patente
en la oficina suiza de patentes en Berna. Este trabajo, aunque no estaba relacionado con la física, le permitió pensar de forma independiente y crítica, lo que eventualmente llevó a sus innovadores descubrimientos científicos.